jueves, 14 de julio de 2011

La inocencia se fue.

Cuando era pequeña solía pensar en el horizonte, pero nunca lo entendía, me liaba y me iba por las ramas, terminaba pensando en el capitán garfio. Muchas veces me hubiera gustado ser un pirata, muchas veces de pequeña quise gritar "¡Abordaje!" y de repente verme a mi misma atravesando la selva entre lianas, de tratar de salvar mi barco, de cantar "Una botella de ron" con mis amigos, de que amaneciera y no saber qué podrá traer la marea.
Quisiera tirar muchas cartas en botella, escribir enigmas y que la gente se quedara intrigada. Quería sembrar el pánico entre el oleaje, y que incluso las gaviotas me temieran al ver alzar mi espada en la borda. Que mi pañuelo rojo me defina y me acompañe en todas mis aventuras. Contarle mis cuentos a las estrellas, y no dejar al reflejo de la luna solo nunca.
Divisar nuevas tierras y señalar con el dedo y enseñarle a todos los piratas nuevo rumbo.
Que vayamos a donde nos lleve el timón...
Soñaba con triunfar y que todos los que estaban a bordo me lanzaran por los aires mientras sonaba una gaita.
Despertarme con el cielo rosado y espabilarme con una media sonrisa. 
Disfrutar un poquito de la soledad y susurrarle al viento.


Pero el tiempo pasó y me arrastró con él. Todos los cuentos terminan en "Fin".

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