domingo, 27 de noviembre de 2011

Mensaje subliminal

A veces me come la rabia y arrugo los papeles donde escribi mil y una vez los ''te quieros'' que necesitaba decirte a lo largo del día, y grito sin voz, grito con el estómago y duele. Duele partirme la garganta, duele ese nudo atrancado de repente, duele la primera lágrima y la más grande de todas. Duele verte a ti misma echada sobre la mesa, arrepintiéndote sin saber de qué, maldiciendo cada momento que dijiste que estabas bien, cagándote en todas las veces que dijiste que te habías olvidado de él...verte a ti misma mintiéndote una y otra vez sin darte cuenta, porque mi amor, ya mientes tan bien que hasta te lo crees tú. 
Sí, sabes que necesitas escribir, y cuando estás frente a la pantalla las palabras se vuelven del revés y se te quedan en la punta de los dedos atrancadas. 
Y yo no sé que me pasa, que hay algún nudo que intento desliar dentro de mi, pero que aún sigo buscando, entre todos los recuerdos que son justo los que no quiero recordar, esos que llevan tu nombre y los mismos con los que odio chocarme continuamente. No sé si me choco con ellos o es que simplemente se me plantan en medio, el caso es que no sé como lo hacen pero están en cada parte, al cruzar la esquina, justo cuando cierro los ojos, estoy segura de que en la última milésima de segundo antes de dormirme aparece tu imagen como un mensaje subliminal. Y así, de la misma manera, subliminal, te cuelas en todos los recovecos de cada uno de mis sueños.
Odio que vacíes los pentagramas de todas las canciones que me gustan , todas esas que escuchábamos juntos, que aún están a flor de piel. Lucho porque cada suspiro no me sepa a ti, pero a veces cuesta. Odio que cuando me enfade y me den ganas de gritar, aparezcas tú de repente. Como un lamento, como algo que está reservado para mis momentos de nervios , para cuando las lágrimas no salen del todo, que caigan, que llueva sobre mis mofletes. Como un botón que se activa independientemente. 
Sé que está no es la hora, y menos el lugar...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Las cosas quieren estabilizarse.

Un día a día que termina por convertirse en agotador. La palabra sorpresa que se va destiñendo poco a poco a decepción. Una bipolaridad intensa, como pasar de rosa  a negro. También por todos esos días que me da igual todo, que me da igual si las cosas se pasan de castaño oscuro o si pasan directamente a ser negras. Pero hay otros, que si amanece con un blanco cegador y se convierte en un tono un poco grisáceo se me cae la sonrisa entre tantas cosas como el mundo, y yo ni me encuentro entre tanto escombro.
También bipolaridades como que me canso de mis propias exageraciones, que son por culpa de este blog, que lleno de palabras siempre que creo oportuno, pero en realidad, nunca entendí de momentos. Y luego, suelo echarme las manos a la cabeza de lo que he escrito. 
Lo cierto es que no me importa porque siempre quise escribir para mi misma...pero ya no soy lo que era, este blog está perdiendo forma poco a poco, las cosas dicen estabilizarse pero cada vez son mas tenaces e incluso independientes, a veces deciden tomar la forma que a ellas les de la gana y las ideas se desestabilizan y se suelen confundir muy a menudo. Últimamente tengo esa sensación de que cada día las cosas dependen menos de mi, y eso me inquieta. Aunque por inquietar...me inquieta hasta el aire que respiro.
Las cosas han cambiado, pero para eso no hace falta ser ningún genio. Es que todo esto es una pura contradicción, porque no sé ni por donde empezar porque algunas cosas se vuelven del revés conforme aprieto las insonoras teclas de mi portátil. Y porque justo hoy, me di cuenta de que la vida cambia en cada respiración. No es que me diese cuenta, es que después de tanto oírlo, lo he experimentado, y eso es lo importante. En realidad tanto experimentar me está trastornando, de repente un noviembre se carga de sensaciones y de nudos imposibles de deshacer...a la vez tiene su encanto. Digo yo, que todo será acostumbrarse, amoldarse y en ser como el agua. El problema es que parece que cambie el recipiente cada vez que sale el sol.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Evoluciones o algo parecido

Porque he pasado  de encerrarme en mi cuarto a llorar y a recordarte , a irme a la ciudad de compras, a hacer colas eternas para meterme en los probadores con una cámara rota y un móvil a probarme sudaderas de los RAMONES, a reírme cada vez que me acuerdo de ti, a tomarme una pizza en las escaleras de la catedral y a colarme en un bautizo sin ser ni mucho menos cristiana, con mi mejor amiga.
A ver documentales de serpientes pitones, a regalar pantalones a cuadros escoceses de chica a mi hermano, aquedarme despierta hasta las una de la mañana con ella, comiendo galletas príncipe, y haciendo planes para mañana.
Lo mejor de todo esto es que me he demostrado a mi misma que te puedo olvidar, y que lo he echo.

martes, 8 de noviembre de 2011

November, and is a season for me

Noviembre. Un mes convertido en estación, desde que empezó, con sus temperaturas altas y sus bajadas repentinas, un verano efímero y un largo invierno que pasó o que está por venir. Una canción mal acompasada, con mucho ritmo y que a veces suena en silencio, un blanco grisáceo, un negro blanquecino. 
Una estación con sus sonrisas, con sus pasos cortitos y sus largas caminatas, con sus acordeones y sus eléctricas guitarras, claves de sol, claves de fa
Una chispa del cigarro que se prende en el empedrado cálido, justo en agosto, que hace de ella una llama, que enciende, quizás, un nuevo amor. Un amor de los de verano, de los bonitos. De esos de los que no pasa el tiempo, y se queda parado en el momento justo del sofá, de las estrellas, de los besos, y del helado de después. Dónde todo se queda allí, archivado de alguna manera en un parque, carpetas desperdigadas por todas las calles, que se pueden ver más solas que nunca en un día de frío, un día de un frío mes de noviembre. De esos amores, que se te quedan adheridos a la piel, que se tatúan a fuego lento.
Un carbonizado junio, una piedra tropezada a tres manzanas de tu olor. Un amor que con el tiempo, se pudre, se pudre, y nunca falta el zapatazo que lo pise del todo. Nunca faltan los abrazos a la almohada cuando lo echas de menos, nunca falta esa canción que aunque te recuerde a él, tú la escuchas, porque sí, porque te gusta, y un poquito más que él.
Pero ya no es verano, ya es noviembre, y pasado un halloween, que por cierto no el mejor de todos, se acercan los tiempos de gorrito, de bufandas, se acerca la familia y los villancicos en el mercadona, el olor a invierno tras cerrar la escarchada cerradura. Porque es eso, una estación, una estación en pura escarcha, en puro vuelo...en puro aterrizaje.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Será porque estoy contigo.

Será porque estoy contigo por eso que me siento de repente medio bien 
Porque la vida, me sonríe mucho más si tú estás conmigo, si tú me hablas, la vida, es mucho más rosa flúor , por payasas. Nuestros cafés. Los días de lluvia que me alegras, las cartas en matemáticas, esas regañinas serias que me das y los especiales que son los abrazos los lunes por las mañanas. Lo que calienta tu chaquetón morado en las frías mañanas de noviembre.

treatment

Miento cuando digo que ya te he olvidado, miento cuando digo que estoy bien, miento con las caritas sonrientes por el chat, miento, y no me sirve para nada. Miento cuando me preguntan si te sigo queriendo, y me jode, y me duele, me duele mucho cuando afilas tus palabras para clavármelas friamente. Y sin darme cuenta. Miento cuando digo que ya no te miro cuando escribes.
Mentiría si dijese, que ya no necesito tus caricias, y que nunca te echo de menos. Que ya no pienso en ti después de cerrar los ojos y antes de dormirme. Mentiría si dijese que las canciones, ya no me recuerdan a ti. Mentiría si dijese que me alegro de que te vuelvas a enamorar.
Y miento si digo que no he vuelto a derramar una lágrima más por ti. Que ya no me duele que ni me mires, que ya sé vivir sin ti.
Y lo cierto es que sí, que te echo de menos, y que la palabra amor me sigue sonando familiar, que te echo de menos y que LOVE, ya no va junto. Separado por un punto y final.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

'Ciclos' que nunca terminan del todo...

Ya no, ya no es esa decepción que sentía antes...esa impotencia. Mi interior ya no se suele quejar mucho, pero a veces es incontrolable, se me disparan los sentimientos y claro, qué puedo hacer yo.
Un ciclo, dicen algunos, otros...la edad. Otros, temprano. Y la verdad es que todos tienen razón, a fin de cuentas, supongo, que todo se pasará. Pero qué puedo decir yo, si soy una novata en todo esto, ahora mismo, aún estoy en prácticas. Prácticas que me salen un poco caras.
Pero sé, con exactitud que en el momento que lo olvide del todo lo suficiente como para ser feliz, volver a ser yo...todo irá bien. Lo sé, pero el tiempo pasa lento, y doloroso, de vez en cuando.
A veces, merece la pena sentarse a esperar, a ver las horas pasar delante de tus ojos mientras te sientas sola, en el parque. Sí, sola, a veces es lo mejor. Puede que hasta lo echase un poquito de menos, ahora, tengo más tiempo para mi, soy mía, entera, con la música. Eso es, yo, y la música. Sólo eso.
Debería haber empleado el tiempo en otra cosa, en vez de enamorarme. Enamorarse, a quién se le ocurriría...
Lo peor, es justo cuando creo que todo va bien, automáticamente se me abre el cielo, y sonrío. Y salto, y bailo, y chillo y le doy abrazos y besos a mis amigas, a una velocidad aplastante. Pero a la misma velocidad que vuelvo a ir cayendo, sólo que ya sé abrirme mi paracaídas. Justo cuando voy a hacer un mal aterrizaje, zas. Me quedo en suspensión. En el vacío. No parpadeo. No siento. Sólo espero a que se cruce otro sentimiento...es como una caja de sorpresas. Pero la gente prefiere llamarlo ciclo.
Así que se puede decir, que estoy continuamente esperando a ser feliz.