lunes, 31 de octubre de 2011

Mi tesorillo argentino.

La tía más fuerte del universo entero. La genialidad en persona, la chica del pendiente de estrellita negro, la de la púa morada de "Fire Stone", la mejor enciclopedia, mi tesorillo argentino. La razón de mi poca madurez. 
Culpable de todas mis sonrisas, te quiero muchísimo, no olvides a tu pequeña nunca, a esta pequeñita que haces grande día a día, y como bien dije antes...No soy nadie para darte consejos pero, escúchame léeme bien, nadie, nadie, nadie te va a pisotear, nadie. Dentro de ti hay mucho más de lo que tú conoces. Y eres muy muy muy fuerte, tú puedes con lo que te echen encima, pero quién lo va a saber mejor que TÚ.
Porque para mi eres TÚ, eres Flora Brazuelo Millán, o Brazuelo Millán Flora, me da igual todo, quiero que te quedes aquí a mi vera siempre, porque eres mi amor verdadero, eres mi media naranja, que te quiero mucho, mucho, muchísimo mi amor.

domingo, 30 de octubre de 2011

Puedejoderteperomelasuda.

Sabes? Hoy voy a hablarte de mi, voy a dejar escapar todo mi ego, y seguramente te salpique, así que apártate de mi camino.
No voy a hablar de ti, como suelo hacer, si no sobre ti, sobre mi, y sobre lo que pienso de ti pasados estos quince días.
Empecemos a hablar de mi, diciendo que sí, que soy una estúpida, que como todas las tías, creí que eras diferente a los demás cabrones de los que nos solemos rodear, me quedé ciega o más bien me quise cegar, me quise engañar a mi misma, pero me di cuenta de lo que se pueden llegar a abrir los ojos cuando llega la factura. Y la verdad muchacho, es que me saliste caro. Claro que lloré por ti, y además sin querer. Se me hinchaban los pulmones hasta tal punto de cortarse el aire. Pero el tiempo me acarició suavemente, hasta hacerme efecto. Conseguí (más o menos) no pensar en ti todo el tiempo, en no pensar en ti cuando me ponía la ropa o en si me recogía el pelo o no. Me acostumbré poco a poco a tu indiferencia, a tu frialdad, que ahora es una rutina. Agotadora, por cierto.
Pero también aprendí a cogerle el gustillo a eso de hacerme valer, a ignorarte, a hacer pequeñas todas tus palabras pasajeras en mis oídos. Aprendí a ocuparme de mi, y la verdad es mucho más sencillo de lo que parecía.
También me defraudaste, me demostraste que a ti te la suda la amistad, que no entiendes esa palabra por mucho que te la repitan. Y a decir verdad, estoy empezando a dejar de luchar por ella.
Me terminé acostumbrando a las chaquetas en vez de a tus brazos y a tu cuerpo, terminé acostumbrándome al olor de mi almohada a lejía en vez de a tu champú.
Ni te voy a seguir, ni te voy a buscar, si quieres perderte, piérdete.

MGH.

-Pequeña María...eres un cielo, ¿te enteras? ¿o te lo grito por la ventana?
-Grítalo jajajajjajaja.
-Jajajajaja, pero mira que eres pava...bueeeno, te prometo que esta noche lo grito. La pequeña maría es un cieeeeeeeeeeelo!
-Te quiero enana de mierda.
Momentos como este, me hacen sonreír. Y ya te lo dije, por esa carta que aún no leíste...por muchos problemas que nos pesen, siempre siempre y sobre todo, sea como sea, consigues sacarme una sonrisa. Simplemente porque hay personas que son eso, plena energía y alegría inyectada en vena. Y tú eres eso, no eres más que mi puta y jodida droga. Eres lo que necesito cerca, por esos 357 kilómetros de mierda que nos separan, y es que son eso, de mierda. Porque contigo aquí todo sería más fácil. Y lo sabes.
Pero aunque estemos lejos, y aunque sean los problemas el motivo de nuestras conversaciones diarias, me la suda
Sí, así. Tres palabras, porque con tenerte, sea del modo que sea, me basta y me sobra. Porque me encantaría enseñarte todos los problemas que hay pegados en la suela de mi zapato gracias a ti.
Y tooodos los ''MGH'' que hay en mi agenda, rayados en mi mesa, las veces que lo puse en la pizarra, en la goma de mis zapatillas converse, y en el corcho de mi cuarto, en el margen de mi libreta de sociales y esas tres iniciales grabadas en el permanente del niño tonto de mi clase.
Y porque tú, si que eres puro GOLDEN.

martes, 25 de octubre de 2011

Se caen los trastos desde muy alto.

A la misma vez que yo poco a poco, le voy cogiendo el tranquillo a las cosas difíciles, les busco el truco, y cuando puedo, echo mis mejores cartas. Y es que las cosas pueden cambiar, todos lo saben, a una velocidad no perceptible al ojo humano, pero algunas, cambian, y no se ven al instante, si no al tiempo.
Pero llega un momento que el tiempo rompe esa venda que hay en tus ojos, que no puedes quitarte por mucho que quieras, y el tiempo llega, y la deshilacha entera, y cuando por fin abres los párpados, te das cuenta que formas parte de esa gente estúpida que no se quiere dar cuenta de las cosas, pero es así, eres una estúpida, una gilipollas más del grupo, un ratón que tropieza por quinientas mil veces en la misma trampa.
Y día a día, te despiertas con un objetivo distinto, y sin creértelo, un día, ya no piensas en él al destapar tu manta, al vestirte, al plancharte el pelo. Poco a poco, te das cuenta de que las amigas no te fallan, que son unas preciosas personas que si no sabes algo ellas te lo enseñan, te lo repiten mil veces y te borran todo eso que escribiste mal, te recuerdan cosas que olvidaste, como a sonreír. Y gracias a ellas, y sólo a ellas vuelvo a teclear con la nariz taponada y con una sonrisa, a que me salgan cosas incluso sin música, a ser capaz de volver a escuchar las canciones que oíamos juntos, y no me arrepiento de nada.
Ahora mismo, sólo necesito un poquitín más de tiempo. Para ver como avanzan las cosas, parar el ritmo de mi vida y hacer más monótono mi día a día. Ahora mismo, sólo espero disfrutar de este otoño, del invierno, del siguiente, y del otro, nunca sóla, con vosotras.
Y sobretodo, y ante todo, estoy segura de que ya habrá tiempo de enamorarse, de sonreír estúpidamente mientras florece la primavera y el sol caliente más que ahora, que se me altere la sangre, de ir a pasitos cortos y saborear el momento que sea, tanto bueno como malo, y siempre siempre, con una sonrisa de oreja a oreja.
Porque a fin de cuentas, las sonrisas no se venden en el kiosko de la esquina.

jueves, 20 de octubre de 2011

Five days; thousands of changes

Sí, pequeños, pequeños cambios pero dolorosos como espinas clavadas sin darte cuenta, hasta que surge la nostalgia. Las manos del pasado, que cuando te agarra no te suelta. Otra vez.
Sinceramente y profundamente hablando, podría decirte miles de cosas malas de ti, cincuenta y cinco mil ochocientos reproches y novecientas cincuenta preguntas que aún me tienes que responder. Pero en lugar de eso, pienso cómo puedo acercarme a ti, como hacer que te fijes en mi, e intentar (estúpidamente) sacar una chispita pequeña desde tu interior.
Y podría suplicarte de rodillas que volvieses a estar a mi lado, que te olvidaras de todo menos el día en el que te enamoraste de mi, pero no. Y la verdad, es que no sé si te quiero, o te odio. Seguramente no sienta nada, pero entonces, es incompresible esto que me pasa. ¿De dónde cojones salen los celos?
Te echo las culpas, todas para ti. Te las lanzo para que las cojas al vuelo. Por haberme calado la sonrisa hasta los huesos, por olvidarte tu mirada en mis ojos, y por dejarte incrustado en mi cama tu olor. Por tatuarme día a día cada uno de tus besos.  
A fin de cuentas, todas esas marcas imborrables que dejas a tu paso. Y después de estos cinco días que parecen años, me he repetido mil veces que te quiero pero que hasta aquí hemos llegado. Y lo repetí tantas veces que terminó haciendome gracia.
Parece que esto de quererte y olvidarte va  a llevar su tiempo.
Que me olvide de ti, y viva mi vida...qué pena que mi vida sigas siendo tú.



lunes, 17 de octubre de 2011

MGD.

No quiero olvidarme nunca de estas iniciales, porque dentro de cada una de ellas hay mucho más de lo que algún día muy lejano puedieses llegar a imaginar. Y he desgranado todo su interior, es un cachito de pan que me comí muy despacito, disfrutándolo día a día.
Ha sido el que hizo que durante un año, mi corazón latiese más fuerte cuando él pasaba por delante de estos ojos que se enamoraron siguen enamorados de ti, ha sido el que hizo que no durmiese por las noches, el que hacía que me despertase de madrugada para coger el ordenador, porque sabía que me estaba esperando. Al que más te quieros le dije a la cara, quién me ha echo pasar los mejores meses de mi vida y me ha enseñado un pedacito más de este libro gordísimo llamado vida, que cada día por cierto, entiendo menos. 
No quiero dejar de quererte nunca, nunca. Porque siempre estoy esperando ese momento para revivir a penas una milésima parte de las risas que un día echamos juntos. Para que me hagas volver a sentir el por qué vivo. Me has robado mi corazón que ahora es irrecuperable. Y me has dejado unas marcas que son permanentes para el resto de mis días, y me has dejado a tu paso con lágrimas y sonrisas para todo el camino, pero ninguna instrucción. Y resulta que no sé para dónde tirar, y cuando me ocurre, solo me hago la entendida de mi corro de amigas, cuando realmente, no dejo de mirarte, una mirada que me duele porque tú no me miras. 
Es volver a sentir que te enamorabas. Una meta, quizás darle un beso en un pasado, pero que ahora, esa meta, es nula, inexistente. Y tengo miedo de quedarme paralizada en el tiempo, de seguir queriéndote el resto de mis días, de seguir intentando algo que ni si quiera sé que quiero obtener, mientras para ti el tiempo pasa sin hacerte daño, y tu vida sigue y verte enamorarte, y ser feliz, mientras yo te veo desde la escalera del patio y sólo puedo, quizás, alegrarme por ti. Cerrar los ojos y recordar lo bonito que fue ese 21 de julio. Y así mes a mes, el 21 se convirtió en mi número preferido, y porque a tu paso he cambiado de pies a cabeza, aunque no te lo creas. 
Y aunque no quiero dejar de quererte, me lo pones a huevo. Dices que me sigues queriendo, pero que vas a dejar de hacerlo, y cuando pienso eso me come hasta el colchón.
Ahora soy esa chincheta convertida en clavo oxidado, que quieres quitar de tu pared, para siempre. Ahora quieres dejarme en algo mil veces más pequeño de lo que hace un mes fui para ti, eso sí, sin nada. Nada más que mi cuerpo y mi falsa sonrisa.
Y es que tu voz, ha sido la canción del verano. De mi verano.
Y supongo, que dentro de un mes, escribiré justamente lo contrario que hoy, escribiré que me he echo fuerte y que ya no sufro por ti. Supongo, que en un mes, seré capaz de afrontar, y el tiempo dirá el por qué debo dejar de quererte como algo más. 
Pero mientras tanto, lee bien, porque esto, es lo que siento ahora mismo. Por nada del mundo olvidaré estos tres preciosos meses a tu lado, y mucho menos a ti, que has sido la razón más constante a mi sonrisa.
Pero también supongo, que como dice la letra de la canción...
'Mejor no te quiero será más barato'






                  Y esta entrada, va para la pequeña María, que os prometo que no es tan pequeña, porque ha sido la que ha demostrado estar ahí, para mis tristezas y mis alegrías y para compartir lo mío con lo suyo. Por la que ha echo, quizás sin saberlo, hoy mi día de clase mejor. Y lo mismo puedo decir de Flora, porque ella es mi guía especial, y la quiero lo más grande. Es decir, os quiero lo más grande.



domingo, 16 de octubre de 2011

Este otoño va a doler.

Y más a partir de hoy, o más bien de ayer. Porque me siento vacía al pensar que ayer era tu niña bonita, y hoy soy una verdadera mierda.  Y me duele el ver todos los recuerdos juntos vividos, duele tanto que al llorar se me atrancan las lágrimas se me encoje el corazón y no llega aire a mis pulmones. 
Se me hace imposible pensar que no voy a poder rozar tus labios nunca más, ni acariciarte la mejilla. Ni quitarte el pelo de los ojos. Ni bajar cuestas a punto de ahostiarnola, ni reirnos mientras no llevamos frenos. Ni ver como te quedan las camisas, lo guapo que te pones cuando te miras al espejo.
Me jode y me pone triste, no poder ir a tu casa y que me pongas la merienda en la mesa, ni poder quedarme abrazada a ti como si fueses mi mejor peluche.
Me va a costar mi vida todo esto.
No tengo aire.

sábado, 15 de octubre de 2011

Muerta

Qué frío parece hacer hoy, a parte el sol no calienta. Qué vacía me siento tanto por dentro como por fuera. Me han mordido el corazón, y antes corría por mis venas, un fuerte olor dulzón.
La magia y mi vida se fueron con el, mientras el amor sigue aquí conmigo. Me duele tanto escribir estas palabras...A medio pulmón.
Qué frías y que ásperas eran las lágrimas a las seis menos cuarto de la tarde. Qué abrazo más fuerte y mi sonrisa seguro era postiza. Le brillaban los ojos casi tanto como ami. 
Hoy prometo: 
Nunca olvidaré esa sonrisilla picarona, y esos ojos que poco a poco se escondían cada vez más por su flequillo rubio castaño claro. Esos coloretes y su olor. Esa carilla al dormir, las noches en vela. El sabor de su boca por las mañanas, su enorme desayuno. Como me cogía escaleras arriba. Nunca olvidaré como me secaba las lágrimas. Esas noches en el jardín. 
Mi primer amor.
Juro y perjuro que no te olvidaré, jamás en mi vida. Me has marcado hasta el fondo de mi corazón que hoy es más pequeño que nunca. 
Te sigo queriendo.

viernes, 14 de octubre de 2011

Un mal de amores...Un MAR de DUDAS

Quizás no terminé de entender del todo el libro de música, la regla de tres de matemáticas, el por qué de la plástica, y cómo hacer un mortal en gimnasia, cosas así, como el amor y la vida.
Cosas que se aprenden poco a poco, sin necesidad de maestros ni de guías, tus pasos y tus ojos, de ver y aprender, equivocarte y corregirte, caerte y levantar, deprimirte e ilusionarte, llevarte chascos y sorpresas, un sentimiento basado en la confianza y de la vida no hay más que decir.
Por mucho que te lo grite no sé si te vas a enterar. Que te quiero y no te quiero perder, nunca. Que sé muy bien que nadie te va a querer como yo, porque para mi no eres solo una cara bonita. Alcanzas a ser mi concepto de perfección en persona y con los ojos verdes
Eres la letra de todas mis canciones preferidas y todas y cada una de las palabras más preciosas del diccionario. 
Miedos de agobiarte, y es que tengo 13 años, no es de extrañar. Dos números y dos sentimientos; dudas y desamor.
Y muchos más que se confunden.
Y de verdad te digo que no consigo nunca poner todos los sentimientos de mi interior en estos versos. Lo intentaré de nuevo.
Miedo: Palabra enormemente dura, pesada, y temeraria. Cargo con ella en todos mis días y en cada una de mis horas. Por perderte y por quererte cada día más. De verdad, me voy a volver loca.
Duda: Palabra que reina sobre el trono de la duda y que me hace tener miedo en cada momento que pienso que puede, que sea el último minuto a tu lado.
Amor: Verdadero como él solo y duda, de que tú puedas sentir lo mismo. Algo que siento desde dentro y que saco de mi a gritos mientras tú pareces quedarte sordo.
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jueves, 13 de octubre de 2011

Quiéreme

Ya no sé que hacer, porque me tienes loca. Te quiero, mucho, y puede que demasiado.Pero entre tantas cosas, me enseñaste que no hay límites, y a vivir la vida; por tanto, siempre y cuando puedo estoy contigo. Siempre.
Y cada paso que doy, lleva tu nombre en el pie derecho. Este otoño intentaré hacerte la persona más feliz de este pequeño mundo que se hace mejor día a día gracias a tu olor. 
Yo sólo te pido que me quieras.
Y lo siento, pero me he enamorado, sí, la primera vez, y la de verdad. Lo siento, lo sé. Siempre me fío de mi misma y no me das razones para dudarlo. Eres simplemente lo más bonito que pasó por mi vida, lo más guapo y lo que más me ayudó a encontrarme a mi misma, a lo que de verdad quiero y lo que realmente me gusta, sin tener que esconderme de nada, fuera miedos. Me enseñaste que un simple apretón de manos en el jardín es lo más precioso que me pasó este verano, y lo mejor del año pasado fue conocerte.
Y créeme, que no lo olvidaré jamás, porque me has marcado mi vida desde este verano, hasta el resto de mis días.

domingo, 9 de octubre de 2011

Bye bye, september

Septiembre desaparece.
No solo septiembre, no. Con él agosto, el maravillosisímo julio, y junio. El calor, y vienen las mayas apretadas y las sudaderas calentitas. Los vasos de leche antes de irse a dormir, las rayas, la regañina de tu madre para que te abrigues antes de salir por la puerta. Los pañuelos, las escapadas a la sierra, y al monte a por piñas.
Viene con todo el olor fresco, húmedo, y un frío seco. La pesadez de las mantas sobre tu pequeño cuerpecito hecho un nudo entre las sábanas. Las mañanas que más bien parecen noches, y las tardes cortas.
Todas las tardes en las piscinas de tus amigos, de las limonadas tan fresquitas, los desafíos al calor a las cuatro y media de la tarde, adiós a la muchacha del kiosko que me timaba cada vez que pasaba por su puerta.
A las lluvias artificiales bajo las fuentes, al sudor,y supongo que echaré de menos a los perros de los vecinos que siempre me ladran cuando cierro mi cancela. A quedar fuese la hora que fuese, y despertarme sin saber lo que era un despertador. Cuando hacía lo que quería sin necesidad de horarios, cuando anochecía rato después de cenar, y cuando le pedía dinero a mi madre para un helado. Se me hará raro no buscar sombras vaya por donde vaya, y mi precioso pantalón de pijama corto.
La ligereza. A mi melena mojada, que se convertirá en una alcachofa bajo un secador. Al sol intenso, que le daba brillo a mis fotos, que pronto no será más que una bola de fuego, muy muy lejana a nosotros, vergonzosa y oculta entre las espesas nubes grises.



sábado, 8 de octubre de 2011

Amo del verbo amar.

Amo la manera en la que tocas el timbre por las mañanas. También amo los abrazos de despedida, que a decir verdad, parecen cada día más efímeros, y los siento lejos.
Amo también tus maneras de dar cariño, distante y tan
cálida, me encanta cuando te bailan los pelos al viento al ir en bicicleta, tus maneras de comer chocolate y lo rápido que te comes mis bocadillos. Como escribes con la derecha y todos tus dibujos en mi agenda. Cuando me pintas las uñas, cuando me escuchas. Cuando estás en dos partes a la vez.
Cuando te escapas conmigo en el autobús, lo rápido que corres. Me encanta como me abrazas cuando dormimos, cuando te encanta como me visto y cuando hueles algo que te gusta. Me encanta tu nariz cuando hace frío, y tus ojos cuando me miran fijos. Amo el calor de tus manos, amo tus hombros como almohada, y tus piernas como cojín.
Amo cuando me secas las lágrimas, o cuando me pides que no me vaya, amo cuando te despides de mi a lo lejos.
Amo del verbo amar.

jueves, 6 de octubre de 2011

Bajan las temperaturas.

Frío, frío por fuera y también por dentro. Confusión respirable en el ambiente. Una hora, bajo cero.
Resfriado el corazón de tanto gritarte que te quiere, y tus oídos parecen haberse quedado sordos. Tu corazón late con fuerza, no sé hacia qué dirección, en cambio, tus ojos, se pierden infinitamente más lejos de lo posiblemente y lo alcanzable, de los límites y los imposibles.
Y hoy sus palabras prefieren quedarse dentro de esa boquita, por miedo a que se las robe, y le deje callado con un beso y una yaga en el labio.
Volumen de la música: TOPE.
Ganas de darte un beso: ALTAMENTE PELIGROSAS.
Horario de abrazos: EN CUANTO VEAS EL PUNTO DEL FINAL DE ESTA ESTÚPIDA FRASE.

martes, 4 de octubre de 2011

Yo entre cinco líneas y bajo la clave de sol.

Pongo acentos, siempre. En cada día, vivo con ello y sonrío por todos, por vuestra culpa. Por hacerme cachito a cachito, porque soy una mezcla homogénea.
Y me despierto con la sangre caliente y con mi cara de sueño mítica, y me cojo el MP3, y con el ritmo en los pies y la sonrisa en la cara, empiezo el día.
Porque mi día realmente no comienza hasta que no doy un abrazo, hasta que no le rompo la boca de un beso, o hasta que no le digo guapa a mi mejor amiga. Y realmente nada cambia, sea lunes o sea jueves, solo mi cara. Y si me ves ausente, quiero que sepas que sigo siendo yo. Con el tiempo te acostumbrarás, y si es que ya me conoces lo suficiente, puedes quedarte aquí o seguir leyendo.
Y realmente no sé si soy mejor día a día, la verdad, no lo creo mucho...o peor, quién sabe. Sin embargo sigo escribiendo cada tontería pasajera por mi mente, todo aquello que pueda servir como reflejo en mi teclado y empleando palabras nuevas después de la clase de lengua. Terminar las vacaciones no es para mi un problema y mucho menos lo es seguir siendo yo, incluso extra yo por las sudaderas y no llevar pantalones cortos, por el abrazo al otoño y las chaquetas, incluso por despertarme cuando las estrellas aún hacían compañía en el cielo.
Que sin música no existo, a fin de cuentas sólo soy yo, entre cinco líneas, y bajo una clave de sol. Mi corazón en fa sostenido, un teclado y una canción.