Odio resfriarme en verano y me doy cuenta de las cosas a veces tarde, y otras pronto. No recuerdo cuándo dejé de creer en la magia, y a decir verdad, tengo un poquitín de nostalgia. De las canciones, siempre escucho la letra, y las que me llegan, no se despegan de mi, nunca.
Porque hay palabras muy grandes por pequeñas que se escriban, al igual que hay personas con muy poco cerebro por mucha cabeza que tengan. Personas débiles por muchos músculos que tengan.
Me canso fácilmente de las cosas pero sé bien que nunca me rindo. Gritona entre tantos defectos, y pequeña entre varias características. Cariñosa, entre algunas (pocas) cualidades.
Levanté unos palmos los pies del suelo, pero ...confieso; nunca, toqué el cielo. Puedo ser negativa, pero no creo que jamás vaya a hacerlo. Me conformo con la sensación de vuelo, milésimas. Con un salto...dos, tres.
Y siempre recuerdo lo que soñé a la noche. Abrí mi corazón a algunos que si lo llego a saber antes, fuera se hubiesen quedado. Y otros, que dejé escapar.
Me conformo con lo que tengo, y eso no significa que sea conformista. Protestona a la vez. De vez en cuando fea, y otras veces un poco bonita. Según con los ojos que me mire el espejo cada mañana. A veces salado, y a veces prefiero dulce. Indecisa por completo, y nunca estoy totalmente segura de algo.
Bajo a sacar la basura en pijama y en zapatillas de estar en casa. Me fascina tocar el frío suelo con la pequeña planta de mis pies, y no sé como lo hago, pero siempre meto el dedo gordo del pie en el agua primero. Tampoco sabría que etiqueta ponerme. Yo también me acuerdo de respirar y parece que me cuesta. Y nunca me da tiempo a pedir un deseo a una estrella fugaz. Si tengo frío porque no estás a mi lado, ni se te ocurra darme una manta.
De Disney, me quedo con el Jorobado de Notre Dame. Me empeño en aprenderme las letras en inglés, y sin música no sé estudiar.
Se me olvidan las palabras más tontas en los momentos más importantes. Me empacha el helado de chocolate. Aprendí muchas cosas y pocas gracias a los libros. Pienso que es mejor sentir que ser, y que la playa, es el mejor lugar para recapacitar. Creo que soy un poco contradictoria y nunca lo admito. Jamás terminaría un texto con puntos suspensivos...
'A mis días le faltan horas.'
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