domingo, 21 de agosto de 2011

Vaciando la despensa al corazón

El empeño se diluye poco a poco, como un efervescente, en un vaso que dejaste olvidado una noche de jueves. Olvidando a tequilas y chupitos, quemando el cerebro y nuestras ganas de vivir. Mientras tanto, los televisores siguen cobrándose razones, comiendo cabezas, dejando cuerpos vacíos. Y mientras tanto, me preocupo de escribir en este mundo que cada día se parece más a un trozo de cartón.
O a una manzana podrida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario