Vaciando la despensa al corazón
El empeño se diluye poco a poco, como un efervescente, en un vaso que dejaste olvidado una noche de jueves. Olvidando a tequilas y chupitos, quemando el cerebro y nuestras ganas de vivir. Mientras tanto, los televisores siguen cobrándose razones, comiendo cabezas, dejando cuerpos vacíos. Y mientras tanto, me preocupo de escribir en este mundo que cada día se parece más a un trozo de cartón.O a una manzana podrida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario