No es un placer, es algo más, es aprender a amar sin hacer daño, a escalar cada peldaño, y sin tocar el suelo año tras año, jurarte que vas a cambiar y al día siguiente volver a empezar.
Hacer volar una cometa junto al mar, escribir tu nombre en la arena y que las olas te vengan a visitar, y como el sonido de mil gaviotas un te quiero te voy a susurrar. Cada tecla un sentimiento, no se cuela una sin mi consentimiento, escribiendo y escribiendo aunque sin palabras esté por dentro.
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