martes, 4 de octubre de 2011

Yo entre cinco líneas y bajo la clave de sol.

Pongo acentos, siempre. En cada día, vivo con ello y sonrío por todos, por vuestra culpa. Por hacerme cachito a cachito, porque soy una mezcla homogénea.
Y me despierto con la sangre caliente y con mi cara de sueño mítica, y me cojo el MP3, y con el ritmo en los pies y la sonrisa en la cara, empiezo el día.
Porque mi día realmente no comienza hasta que no doy un abrazo, hasta que no le rompo la boca de un beso, o hasta que no le digo guapa a mi mejor amiga. Y realmente nada cambia, sea lunes o sea jueves, solo mi cara. Y si me ves ausente, quiero que sepas que sigo siendo yo. Con el tiempo te acostumbrarás, y si es que ya me conoces lo suficiente, puedes quedarte aquí o seguir leyendo.
Y realmente no sé si soy mejor día a día, la verdad, no lo creo mucho...o peor, quién sabe. Sin embargo sigo escribiendo cada tontería pasajera por mi mente, todo aquello que pueda servir como reflejo en mi teclado y empleando palabras nuevas después de la clase de lengua. Terminar las vacaciones no es para mi un problema y mucho menos lo es seguir siendo yo, incluso extra yo por las sudaderas y no llevar pantalones cortos, por el abrazo al otoño y las chaquetas, incluso por despertarme cuando las estrellas aún hacían compañía en el cielo.
Que sin música no existo, a fin de cuentas sólo soy yo, entre cinco líneas, y bajo una clave de sol. Mi corazón en fa sostenido, un teclado y una canción.

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