jueves, 6 de octubre de 2011

Bajan las temperaturas.

Frío, frío por fuera y también por dentro. Confusión respirable en el ambiente. Una hora, bajo cero.
Resfriado el corazón de tanto gritarte que te quiere, y tus oídos parecen haberse quedado sordos. Tu corazón late con fuerza, no sé hacia qué dirección, en cambio, tus ojos, se pierden infinitamente más lejos de lo posiblemente y lo alcanzable, de los límites y los imposibles.
Y hoy sus palabras prefieren quedarse dentro de esa boquita, por miedo a que se las robe, y le deje callado con un beso y una yaga en el labio.
Volumen de la música: TOPE.
Ganas de darte un beso: ALTAMENTE PELIGROSAS.
Horario de abrazos: EN CUANTO VEAS EL PUNTO DEL FINAL DE ESTA ESTÚPIDA FRASE.

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