viernes, 2 de septiembre de 2011

De pequeña a grande.

Segura, y conveciéndome de que crezco, que me hago mayor, y que por mucho que me guste la palabra pequeña, se queda atrás. Pero a la vez nerviosa, porque puede que quizás ya sea el momento oportuno para todas esas cosas que estuve esperando mientras mi vida sucedía de una manera mucho más lenta, y diferente. 
La hora de descubrir mundos en pupilas, y esconderme en mis pensamientos, y quedarme dormida así, sin más. Seguro me quede mucho por aprender, y que lo que diga ahora dentro de unos años se quede en vano, pero mi ser me exige evadirme de los problemas, reflexionar y tomar mis propias decisiones aunque no sean las adecuadas. De tener un poquito más cerca la palabra adulto y no temblar al escucharla. De las comas, dejarlas en puntos, sean aparte, o sean finales. Y cada final, será un principio.
Me quedó bastante claro que no le daré más de un sentido a la vida, que para encontrar las cosas hay que perderse un poco, y que te pille una tormenta no tiene por qué ser malo. Que la sinceridad va lo primero, y que la realidad no es más que una construcción social. Que la mejor canción no existe en general, que todo lo bueno, despeina, y que sonreír nunca sale caro. Que el error más grande que vi, fue dividir el mundo en banderas, y que mi mundo está muy lejos de la tierra.
Para ser feliz, no se necesita el dinero, que ser amado es muy importante, pero amar querida niña, amar es una necesidad.

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