Porque he pasado de encerrarme en mi cuarto a
llorar y a
recordarte , a irme a la ciudad de
compras, a hacer
colas eternas para meterme en los probadores con una
cámara rota y un
móvil a probarme sudaderas de los
RAMONES, a reírme cada vez que me acuerdo de ti, a tomarme una
pizza en las escaleras de la
catedral y a
colarme en un bautizo sin ser ni mucho menos cristiana, con mi
mejor amiga.
A ver documentales de serpientes pitones, a regalar pantalones a cuadros escoceses de chica a mi hermano, aquedarme despierta hasta las una de la mañana con ella, comiendo galletas príncipe, y haciendo planes para mañana.
Lo mejor de todo esto es que me he demostrado a mi misma que te puedo olvidar, y que lo he echo.
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